Es conocido el tópico que nos tacha a los españoles de vagos, perezosos o improductivos. A menudo, y especialmente a partir de los últimos acontecimientos, extienden esta acusación a nuestros vecinos del Mediterráneo: griegos, portugueses e italianos.
Planteamiento
Parte del juicio se suele basar en explicaciones de carácter climático: los pueblos mediterráneos preferimos no trabajar tanto porque en nuestra tierra tenemos más sol y menos frío, a diferencia de lo que ocurre en otras regiones, y ello supone una excelente invitación a realizar actividades de ocio.
Otro de los argumentos esgrimidos por aquellos que repiten el tópico hace referencia a la productividad económica. Suelen decir que los trabajadores mediterráneos, debido a que somos más vagos que la mayoría de los europeos, tardamos más en hacer las cosas y eso se refleja en peores indicadores de productividad económica.
Verificación
Los datos (1) demuestran claramente que la citada aseveración es radicalmente falsa: los pueblos mediterráneos no somos más vagos que nuestros vecinos del norte y centro de Europa, porque trabajamos más horas que ellos. Los trabajadores españoles trabajamos 1690 horas al año de media, los griegos trabajan 2032 horas, los italianos 1774, y los portugueses 1711; mientras que los holandeses trabajan 1379 horas al año, los alemanes 1399, los noruegos 1426 y los franceses 1476.
Con respecto al razonamiento de los factores climáticos, pobre y trivial de por sí, no existe ninguna evidencia empírica que lo respalde y, en cualquier caso, entra en abierta contradicción a la hora de explicar por qué hay regiones caracterizadas por un clima agradable que son mucho más ricas que otras con condiciones climáticas menos favorables (ejemplos de ello lo presenta la comunidad autónoma de las Islas Baleares, que tiene una renta per cápita superior a doce Länder alemanes; o estados federados como los de California o Florida frente al estado de Idaho).
Finalmente, sí es cierto que las economías mediterráneas (entre ellas la española) son menos productivas que la de otros países del centro de Europa, pero en ningún caso estos indicadores de productividad se refieren al comportamiento o capacidad de las personas que trabajan en estas actividades. No son indicadores que nos hablen de lo vagos o trabajadores que son los españoles o los alemanes, sino exclusivamente de la naturaleza y características de la estructura económica de una región determinada. Aquellos que se sirvan de estos índices para acusar a los españoles, griegos, portugueses o italianos de holgazanería deben saber que están cometiendo un error de método garrafal que invalida todo su planteamiento.
Desarrollo de los argumentos
La productividad de una actividad económica se mide atendiendo a dos factores: el valor de lo producido y el tiempo empleado en producirlo. Expresada en términos matemáticos: P = Y/ h (siendo “P” la productividad, “Y” el valor de lo producido, y “h” el número de horas trabajadas). Cuanto mayor valor (precio) tenga el producto, y cuanto menos tiempo ocupe su proceso de fabricación, mayor es la productividad de la operación. Esto nos lleva a realizar dos consideraciones.
Por un lado, si producimos dos mesas pero tardamos menos en fabricar la primera que la segunda, concluimos que la fabricación de la primera mesa es una actividad más productiva que la fabricación de la segunda. Pero no todos los productos o servicios son iguales, y algunos son más susceptibles de ser fabricados o servidos de forma más rápida que otros. Pensemos en las pocas posibilidades que tiene un peluquero o un camarero de aumentar su productividad, ya que por muy buenos que sean sus utensilios de trabajo no logrará mejorar mucho la velocidad a la que ofrece su servicio. En cambio, la producción de automóviles sí es muy susceptible de mejorar el tiempo de producción, ya que el fabricante puede robotizar la cadena de montaje, por ejemplo.
Por otro lado, si tenemos dos productos que han tardado el mismo tiempo en producirse, será más productivo aquél que tenga un mayor precio. Aunque tardemos una hora en producir una mesa, y una hora en producir un ordenador portátil, nos encontramos con que la fabricación del ordenador es más productiva que la de la mesa porque el primer producto cuesta menos que el segundo.
Teniendo en cuenta lo comentado, podemos entender que las regiones que se dediquen a fabricar productos de bajo precio serán inevitablemente menos productivas que las que se dediquen a producir bienes de mayor precio. Al mismo tiempo, las regiones que se dediquen a fabricar productos u ofrecer servicios que por su propia naturaleza no pueda mejorarse su tiempo de producción, serán menos productivas que las regiones que fabriquen productos o servicios en los que sí se pueda aumentar la velocidad de elaboración.
Pues esto es, a grandes rasgos, lo que le ocurre a economías como la española en comparación con la alemana, por ejemplo (o a la portuguesa, griega o italiana con la alemana, la holandesa, o la sueca). En España prima el sector servicios, y particularmente el turístico, caracterizado fundamentalmente por ofrecer servicios de poco valor añadido y poco susceptibles de mejorar su rendimiento. En cambio, en Alemania tiene un peso muy importante el sector industrial, en el que destacan la industria del automóvil, la ingeniería mecánica, industria de maquinaria y equipamientos, la industria química, la electrónica y la electrotecnia, entre otras, cuyo valor añadido es mucho más notable que en otros sectores y cuya naturaleza es bastante susceptible de absorber avances tecnológicos (que mejoran la productividad).
Notas:
(1) Datos extraídos de la fuente de datos completa online de la OCDE. Disponible en http://stats.oecd.org/Index.aspx?DataSetCode=ANHRS
Aseveración a comprobar: “Los españoles somos más vagos que otros europeos”,
[…] Este es uno de los temas que hemos tratado en Mirada Crítica a partir de la información encontrada en el blog “Saque de Esquina” de Eduardo Garzón http://eduardogarzon.net/aseveracion-los-espanoles-somos-mas-vagos-que-otros-europeos/ […]
No es por ofender, pero creo que tú nunca has salido de España.
Los españoles en general son vagos, y eso es algo cultural. El «escaqueo» y el intentar trabajar las mínimas horas posibles es algo generalizado. Si uno puede irse del trabajo a las 19:55 en vez de a las 20:00, mejor. Y luego está lo del cafecito, la comida, la merienda, el descando de media tarde, la siesta, etc…
Vete a grandes potencias mundiales (léase Japón, USA, Alemania…), y verás un mundo de diferencia. En dichos países (en los cuales yo he vivido y trabajado), la gente simplemente es productiva. Trabajan y estudian con interés y ven el trabajo como algo dignificante, y no como algo que hay que acabar cuando antes.
Otra cosa que no los españoles no entienden es que trabajar en el negocio de otro (es decir, ser empleado de alguien), no se trata sólo de ir a echar horas al curro. Se trata de ser partícipe de ese negocio e intentar mejorarlo, aunque tú seas un simple empleado, todo lo que hagas por ese negocio repercutirá en tí.
Solamente me ha pasado en España que empleados en una tienda, banco, oficina, etc… me atienden de mala gana, y se pasan el tiempo mandando mensajitos con el móvil, o ya directamente ni me saludan.
Pero al irte a casi cualquier otro país, los empleados te tratan bién, te saludan, te ofrecen ayuda sin tu pedirla, ….
Por eso te digo, tu no has salido y vivido/trabajado fuera de España y por eso no tienes un criterio adecuado con el que comparar.
Créeme cuando te digo que los Españoles son unos vagos (y hablo en términos generales, sé que hay gente muy trabajadora. Quizás tú seas uno de ellos, y me alegro).
Te cito lo que has dicho aquí:
«En España prima el sector servicios, y particularmente el turístico, caracterizado fundamentalmente por ofrecer servicios de poco valor añadido y poco susceptibles de mejorar su rendimiento»
Esto es una terrible falta de información.
En Japón, el sector turístico es infinitamente más rico y próspero que el de España. ¿Por qué? Porque saben cómo aumentar su productividad. ¿Cómo? Ofreciendo muchos servicios asociados, descuentos, fidelización del cliente, regalos y promociones, ser atento con el cliente, INNOVACIÓN, repito INNOVACIÓN, acuerdos entre empresas…
Pero, ¿en qué mejora año tras año el sector servicios o turístico en España? En prácticamente nada. De ahí que la producción de dicho sector español cada vez es menor en comparación con la de otros países.