Los investigadores británicos Wendy Carlin y David Soskice, de las universidades College London y London School of Economics, respectivamente, llevaron a cabo un estudio para aclarar los motivos por los cuales la economía alemana tuvo un débil desempeño en términos de crecimiento y de empleo desde su unificación en 1990 hasta la irrupción de la crisis internacional en 2008[1]. En este documento recogemos los principales resultados que se obtuvieron en la investigación por su relevancia a la hora de contradecir buena parte del discurso económico convencional que empuja a los países a aplicar determinadas políticas de oferta, como la conocida flexibilización del mercado laboral.
En efecto, numerosos analistas internacionales y nacionales -de corte neoliberal, fundamentalmente- denunciaban que la economía alemana no crecía porque su sector productivo no se había ajustado a la nueva situación de elevada competencia internacional y liberalización financiera. Señalaban, muy en particular, que el mercado laboral alemán era demasiado rígido y que eso impedía reducir la tasa de paro a niveles aceptables. Leer más »
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