¿Por qué sube la prima de riesgo de un país? La opinión generalizada es porque los inversionistas financieros (conocidos como “los mercados”) confían menos en la solvencia del país en cuestión.
Parece comprensible que los inversionistas cada vez confíen menos en el Estado español, debido a la desastrosa situación económica que está atravesando. Pero, ¿es comprensible que en ocasiones la prima de riesgo española se dispare en un solo día, o incluso en unas pocas horas, cuando no ha pasado nada digno de mención en la economía en cuestión? Eso no parece tener sentido, al menos no si sólo tenemos en cuenta que el tipo de interés sube o baja dependiendo de la confianza que tengan los inversionistas en la solvencia del Estado (además, ya sabemos que en última instancia depende del cruce de la oferta y de la demanda de bonos). Lo que ocurre es que en ese movimiento influyen otros factores, y especialmente el de la especulación financiera.
Especular es comprar barato y vender caro para obtener beneficios con la diferencia de precios. En el mercado financiero es relativamente fácil especular porque el precio de los activos responde sensiblemente a los cambios en la oferta y demanda de títulos. Un pequeño inversionista no podrá influir en el precio de un activo, pero un gran inversionista que posea cantidades mastodónticas de dinero sí lo podrá hacer. Aquí ofrecemos una explicación sencilla de una de las formas a través de las cuales los especuladores financieros obtienen enormes beneficios atacando a la deuda pública de los países (y particularmente a la deuda española a partir de 2010).
1) El primer movimiento del especulador consiste en descubrir alguna debilidad de algún país. Al igual que los tiburones atacan cuando huelen la sangre, los especuladores atacan cuando encuentran alguna fisura en la salud de una economía nacional. Es por este motivo que los especuladores no suelen atacar a países como Alemania o Estados Unidos, sino que normalmente lo haen con aquellos países menos vigorosos (España, Grecia o Portugal son algunos ejemplos; las dudas económicas sobre estos países a partir de 2010 los convirtieron en presas fáciles de abordar).
2) El segundo movimiento consiste en comprar CDS para utilizarlos como “caballo de Troya”. Un CDS es un título financiero (papelito) que funciona como un seguro. Al igual que un seguro de coche te cubre en caso de accidente, un CDS te cubre en caso de que algún Estado no te devuelva el dinero que le prestaste. El especulador le compra los CDS a un banco de inversión que se compromete, en caso de que el Estado español no devuelva el dinero, a cambiarle el título de deuda pública española por un título de deuda pública alemana (que goza de mayor confianza y seguridad). El CDS tiene un precio, que será más alto conforme más elevado sea el riesgo de que el Estado no devuelva el dinero (al igual que un seguro de coche es más caro conforme más probabilidades tenga el conductor de sufrir un accidente). Puesto que todavía (principios de 2010) no hay dudas serias sobre la solvencia del Estado español, este precio es bajo. El especulador se asegura de comprar muchos títulos de CDS para que luego funcionen como un “caballo de Troya”.
Lo “gracioso” es que el especulador puede comprar los CDS aunque no tenga títulos de deuda pública en su poder, debido a las pocas normas regulatorias que existen en los mercados financieros.
3) El tercer movimiento consiste en pedir prestados una cantidad enorme de títulos de deuda pública en el mercado secundario. El especulador obtiene así muchísimos títulos de deuda pública española que se compromete a devolver pasado un tiempo. Pero antes de que llegue el momento de devolverlos, los venderá de forma masiva y en un solo día (las normas de los mercados financieros permiten hacer algo tan estrafalario como vender títulos que te han prestado). La venta de tantos títulos de deuda pública no pasará desapercibida, y los demás inversionistas verán en ella una señal de que están empezando a desconfiar de la solvencia del Estado español, puesto que parece que hay mucha gente vendiendo los títulos de deuda pública española. Si esta acción se acompaña de rumores y opiniones (por parte de expertos relacionados con el fondo especulador, por ejemplo) que lanzan el mensaje de que el Estado español tendrá problemas para afrontar sus pagos, entonces el efecto será aún mayor, y los inversionistas poseedores de títulos de deuda pública española se asustarán y venderán ellos también todos los títulos que puedan. Como muchos agentes quieren librarse de los títulos a toda costa, los venderán al precio que sea y esto hará que pierdan mucho valor (por la ley de la oferta y la demanda; cuantos más agentes ofrezcan algo, más bajará su precio).
Al mismo tiempo, nuestro especulador utiliza el dinero que ha recibido por la venta de títulos de deuda española para comprar títulos de deuda pública alemana, empujando al alza la valoración de estos títulos alemanes (por la ley de la oferta y la demanda; cuantos más agentes demanden algo, más subirá su precio).
4) El cuarto movimiento se produce de forma automática: es el impacto que tiene el “caballo de Troya” instalado a través de los CDS. Recordemos que nuestro especulador compró muchos CDS (seguros) a un banco de inversión. Este banco de inversión (vendedor de seguro) empieza a ver que el Estado español tiene más posibilidades de quebrar. Puesto que se comprometió a entregar títulos de deuda pública alemana a los compradores de CDS en el caso de que el Estado español quebrara, lo que hace el fondo de inversión es comprar títulos de deuda pública alemana para tener suficientes en su cartera (y también vender títulos de deuda española porque tienen ya muy poco valor). Estos dos movimientos reforzarán la senda iniciada por nuestro especulador: venta masiva de títulos de deuda pública española (lo que reducirá su precio) y compra masiva de títulos de deuda alemana (lo que aumentará su precio).
5) El último movimiento consiste en recoger las ganancias realizadas por el movimiento especulativo. Nuestro especulador compró muchos títulos de deuda alemana a un precio bajo, y ahora que han aumentado mucho su valor los vende, obteniendo suculencias ganancias. Además, ahora comprará títulos de deuda pública española a precios muy bajos y los devolverá al agente que se los prestó en su día. Pero para rematar la jugada venderá los CDS que compró al principio, puesto que ahora se valoran mucho más ya que hay gente asustada que quiere comprar seguros por si el Estado español quiebra. Más ganancias al vender los CDS.
Así es cómo los especuladores actuaron y actúan para cosechar beneficios mastodónticos al mismo tiempo que ponen a España y otros países contra la espada y la pared al provocar un aumento importante de sus primas de riesgo. Una actuación abominable y criminal que estuvo permitida por los grandes poderes públicos de los países occidentales al menos hasta mitad de 2012, momento en el cual el Banco Central Europeo decidió poner fin al atraco como veremos más adelante.
Es importante calibrar el poder de estos especuladores financieros. Aunque estos tienen mucho más fácil atacar a un país sobre el que se tienen bastantes dudas de solvencia, también pueden poner de rodillas a una economía que esté perfectamente sana. Vamos a verlo con algunos ejemplos históricos.
1.6 Cómo especular contra la deuda pública ,
estupenda explicación…
La economía de un país se ha convertido en el «simple» juego de la bolsa, por culpa de la especulación. Los países no deberían estar sujetos a estas condiciones económicas, o estas deberían estar mucho más reguladas. Pero claro, no conviene.
[…] Saque de Esquina – Cómo especular contra la deuda pública de un país como España […]
Perfecta explicación, Eduardo. Lo más normal sería que, si un Estado tiene posibilidades de no poder afrontar los pagos de los bonos, los intereses fuesen más bajos. Es decir, a mayor interés, más difícil afrontar la deuda ( Grecia llegó a tener que pagar un 25% de interés). Por el contrario, si Españistán tuviese que pagar un 2% de interés y no lo que está pagando ahora, los inversores tendrían más fácil cobrar la deuda. En un artículo tuyo afirmaste que si pagásemos unos intereses razonables, tendríamos un 14% de deuda pública en relación al PIB, y no la salvajada que tenemos ahora.Otra cuestión: si Alemania tiene más deuda soberana que nosotros ( según en el diario El País del domingo pasado), ¿ por qué los inversores no hacen subir su prima de riesgo para que paguen más intereses?. Ojalá tuviésemos un BCE como la Reserva Federal de Yankilandia;así imprimiríamos dinero para hacer bajar la prima de riesgo. El problema es que el terrorismo financiero ( que mata más que el terrorismo armamentístico) no está tipificado en ninguna legislatura, ni nacional, ni internacional. Estamos en manos de auténticos terroristas financieros. Enhorabuena por el artículo
5 años después espero que te hayas dado cuenta ya de quién es realmente el terrorista, el que imprime compulsivamente y no el que compra o vende.
Un saludo
[…] Son estas operaciones de compra y venta en el mercado secundario las que deciden el precio de los títulos financieros (en el caso de la deuda pública, deciden la prima de riesgo). Por ejemplo, y hablando del mercado de deuda pública, si muchos agentes financieros comienzan a vender sus títulos de deuda pública española en el mercado secundario, se interpretará que nadie quiere esos títulos porque hay mayor probabilidad de que el Tesoro español no devuelva el dinero el día fijado (hay mayor riesgo). Así que los que comprarán los títulos exigirán un tipo de interés mayor para compensar el riesgo de impago. Además, cuando el Tesoro vaya a emitir nuevos títulos de deuda pública (mercado primario) se encontrará con que los compradores exigirán mayores tipos de interés, porque confiarán menos en el Tesoro. Por eso una venta masiva de títulos en el mercado secundario puede hacer que aumente el tipo de interés de los títulos (y con él la prima de riesgo). Ocurre exactamente lo contrario si se produce una compra masiva de títulos. Para profundizar en esta temática a partir de un ejemplo concreto sugiero leer este artículo. […]
[…] Origen del texto: http://eduardogarzon.net/como-especular-contra-la-deuda-publica-de-un-pais-como-espana/ […]
Muy buen post. También me gustaría saber si se ha dado el caso de insolvencia de los países, es decir, si no han pagado -y no les pagarán nunca- a los tenedores de bonos. ¿No hay obligación legal de pagarlos?, en ese caso: ¿Para qué sirve la prima de riesgo si siempre se va a pagar la deuda?. Gracias.
Hola Javier; sí se conocen muchos casos en los que los estados han decidido no pagar parte de la deuda contraída: EEUU en 1989, Irak en 2003, PAraguay en 2005, Ecuador en 2008, Grecia en 2012, etc. Claro que hay obligación legal de pagarlos, pero al fin y al cabo la legislación es un producto creado por los seres humanos. Igual que se hace la ley, se puede deshacer.
Muy buena pregunta la de la prima de riesgo. En realidad, lo que mide la prima de riesgo no es la probabilidad de que un estado no pague, sino el resultado de la demanda y oferta de sus títulos, que no tiene por qué coincidir con la confianza de los inversores.
No obstante, Grecia ya ha dejado de pagar dos veces parte de su deuda: http://eduardogarzon.net/que-significa-que-un-estado-recompre-su-deuda-publica/
[…] otras cosas, averiguar quiénes están especulando contra ella en determinadas ocasiones (leer este artículo para entender cómo y cuándo lo hacen) – comprobamos que no hay forma de hacerlo. Podemos […]
[…] otras cosas, averiguar quiénes están especulando contra ella en determinadas ocasiones (leer este artículo para entender cómo y cuándo lo hacen) – comprobamos que no hay forma de hacerlo. Podemos […]
Me pareció excelente. Gracias por este tipo de información
[…] lo empujan al alza (para entender adecuadamente cómo se puede especular con la deuda pública leer este artículo). Muchos inversores tienen la capacidad de realizar compras y ventas de bonos en cantidades tan […]
[…] empujan al alza (para entender adecuadamente cómo se puede especular con la deuda pública leer este artículo). Muchos inversores tienen la capacidad de realizar compras y ventas de bonos en cantidades tan […]
[…] otras cosas, averiguar quiénes están especulando contra ella en determinadas ocasiones (leer este artículo para entender cómo y cuándo lo hacen) – comprobamos que no hay forma de hacerlo. Podemos […]
Hola Eduardo:
Aunque esto ya tiene mucho tiempo, no deja de sorprenderme que consideres como «especuladores» a aquellos seres malvados que apuestan contra deuda pública, y sobretodo porque entonces al que le entra el pánico y decide vender también es un «especulador» ya que no tiene ni pajolera idea de la valoración del activo que posee, y por tanto si es así, cualquiera que decida financiar a un estado a cambio de un bono, es entonces también un «especulador». ¿Y al estado que emite deuda de forma irresponsable como lo llamamos? ¿Santa Claus?… Muy pobres tus argumentos la verdad.
Un saludo