Comienzo hoy un hilo de artículos en los que iré abordando poco a poco la relación entre la creación de dinero y la inflación, con el objetivo de rebatir muchos falsos mantras ampliamente extendidos y ofrecer explicaciones alternativas más serias que las que imperan en el imaginario colectivo.
1. Introducción
Da igual qué formación o edad tenga mi interlocutor; siempre que le pregunto su opinión por las consecuencias de crear dinero la respuesta es la misma: “eso provoca inflación”. Algunos lo explican con otras palabras: “el dinero pierde valor”, “aumentan los precios”. Los más atrevidos llegan incluso a mencionar la hiperinflación. Muchos lo dicen con pleno convencimiento: “está claro que es así”. Otros lo dicen con la boca pequeña: “se crea inflación, ¿no?”, como si tuviesen esa idea en la cabeza pero no supiesen explicar por qué están diciendo lo que están diciendo, como si fuese un axioma incuestionable, una verdad con la que han nacido y que no necesita ninguna demostración ni explicación.
Llevo un tiempo preguntando a amigos y conocidos por las consecuencias de crear dinero, tanteando así la opinión generalizada al respecto. No falla; da igual que la persona en cuestión sea joven o anciana, que sea economista o no tenga estudios avanzados, que sea de ciencias o de letras, que viva en una gran ciudad o en un pueblo rural; la idea que tienen es la misma: crear dinero es malo. Es impresionante lo extendida que está esta idea, y también la falta de crítica que tiene. Porque poner en cuestión este axioma, por poco que sea, supone inmediatamente ser tachado de ignorante o de loco. Pero lo triste es que esta represalia no es normalmente el resultado de un procedimiento científico, mediante el cual se abandona una idea por ser incapaz de explicar la realidad, sino que suele ser más bien un procedimiento pasional: no se produce ninguna contrastación teórica ni empírica, simplemente se trata de una reacción visceral que tiende a desacreditar a quien pone en cuestión que la creación de dinero sea algo malo per se. Es prácticamente una cuestión de fanatismo en vez de una cuestión de ciencia, aunque esté ligada a la misma.
A mí este asunto me recuerda siempre a otra falsa creencia ampliamente extendida que se repite con convencimiento pleno. Cuando pregunto a la gente: si tuvieses en una mano un kilo de paja, y en la otra un kilo de hierro, ¿qué te pesaría más? La gente siempre me responde tajantemente (y normalmente con aires de superioridad, como si yo hubiese preguntado una chorrada): “¡Te pesan lo mismo, hombre! Porque un kilo es un kilo, independientemente del material que sea”. Pero lo cierto es que en la pregunta no hay suficiente información como para dar una respuesta correcta. El kilogramo es una medida de masa, y en la pregunta se habla de cuánta te pesa algo, que estaría evocando otra magnitud: la del resultado de todas las fuerzas que afectan a la cosa que se sujeta. La fuerza resultante sobre cualquier cosa depende de su masa, de la gravedad que sufran en el lugar en el que se encuentren, y del fluido en el que estén inmersos. Si no hay fluido y están en el mismo punto (por ejemplo, en la Luna), entonces un kilo de paja sí le pesará a alguien lo mismo que un kilo de hierro. Pero si los materiales están, por ejemplo, en la Tierra, no le pesarán igual a alguien, porque el fluido (atmósfera) afecta de forma diferente al peso de cada uno en función de su densidad (empuje de Arquímedes), haciendo que el kilo de hierro pese un poco más (un 1%) que el kilo de paja porque el aire empuja más hacia arriba a la paja que al hierro. Si alguien no lo ve, que se pregunte qué le pesaría más (en el planeta Tierra): si un kilo de hierro o un kilo de helio.
Sin embargo, hasta que no damos la explicación completa nos encontraremos a mucha gente defendiendo a capa y espada que un kilo de paja le pesa a uno lo mismo que un kilo de hierro. Pero esto es porque nos lo enseñaron así en los primeros años de educación básica, y desde entonces interiorizamos esa enseñanza como una verdad incuestionable, de forma que nos llevamos las manos a la cabeza cuando alguien pone en cuestión esa verdad. Lo que decía: fanatismo disfrazado de ciencia. Lo mismo que ocurre hoy día con la inflación.
Desgraciadamente yo también contribuí a esta forma de fanatismo en cierta manera, antes de comenzar mis estudios en economía y, sobre todo, mientras los realizaba en la Universidad de Málaga.
Todavía recuerdo nítidamente cómo, siendo yo muy jovencito, pregunté a mi padre –profesor de geografía e historia en un instituto público– por qué las pesetas de su época tenían más valor que las de mi época. No entendía por qué él siendo joven podía comprar con 1000 pesetas muchas más cosas que yo con 1000 pesetas. Su respuesta no fue muy completa, ya que al fin y al cabo él no tenía muchas nociones de economía y porque yo no necesitaba una respuesta compleja, pero vino a decirme dos cosas importantes. La primera fue que eso era normal en una economía, que el dinero siempre pierde valor con el paso del tiempo. La segunda fue que la pérdida del valor dependía sobre todo de la ley de la demanda y la oferta: “se valora más lo que es más escaso, por eso los diamantes valen mucho, porque hay muy pocos, y por eso la arena no se valora, porque hay mucha. Ahora hay más pesetas que cuando yo tenía tu edad, y por eso valen menos que antes”. Aunque no lo dijo explícitamente, la famosa idea estaba latente: si creas más dinero, éste acabará perdiendo valor. El ejemplo de los diamantes y la arena era muy intuitivo, era difícil no acabar convencido.
También recuerdo la primera vez que me hablaron del suceso que seguramente más ha contribuido a extender el axioma de marras por todas las cabezas de economistas y no economistas: la hiperinflación alemana de los años 20. En la asignatura de historia de educación secundaria el profesor nos relató el horror que les supuso a los alemanes de la época tener que enfrentarse a un incremento desorbitado y acelerado de los precios, y cómo, por ejemplo, para comprar una barra de pan tenían que utilizar ingentes cantidades de billetes. Aquel episodio conmovía a cualquiera, y era de agradecer que nos lo explicasen en clase de historia. Otro asunto muy diferente es que los profesores se animasen a identificar las causas (mejor dicho, a repetir lo que habían leído/oído) de ese brutal incremento de los precios: “el Estado alemán creó mucho dinero para poder pagar sus deudas y eso es lo que provocó la hiperinflación”. Una aseveración muy intuitiva y que casa con el mantra convencional pero que es falsa tal y como veremos más adelante.
Más tarde, en mis años de formación de economista descubrí que la idea de que la creación de dinero generaba inflación era un tópico transversal a casi todas las asignaturas. Se trataba de una verdad incuestionable tan evidente que no necesitaba ningún tipo de explicación, porque las cosas de sentido común no tienen que demostrarse. De hecho, en cinco años de carrera sólo escuché una explicación del fenómeno. El resto de innumerables veces que se repetía el tópico no vinieron acompañadas de ninguna aclaración ni justificación. Eso sí, la única explicación que me dieron me convenció.
Ocurrió en tercero de carrera en la asignatura de Política Económica. El profesor utilizó el famoso ejemplo del helicóptero del economista liberal Milton Friedman. Éste venía a decir lo siguiente. Llega a una localidad un helicóptero que comienza a tirar billetes sin parar y todos los habitantes los recogen de forma que ven incrementar notablemente su capacidad adquisitiva. Cuando estas personas van a gastarse el dinero comprando productos, puesto que las tiendas se ven desbordadas por tanta demanda y tanto dinero, los vendedores deciden aumentar los precios de sus productos para aprovecharse de la situación. “Si la gente tiene más dinero que antes podrán permitirse pagar más por cada cosa”, piensan. Esto extendido a toda la localidad tiene como resultado un incremento de la inflación (un aumento generalizado del nivel de precios). A este proceso algunos economistas lo denominan “riada monetaria”, y yo utilizaré también ese término. Como se puede ver, este ejemplo no es sólo intuitivo y fácil de entender sino que además ofrece una explicación mucho más realista y detallada del fenómeno que el ejemplo de los diamantes y la arena que se basa únicamente en una aplicación burda de la ley de la oferta y la demanda. ¡Por fin lo vi claro! Por fin creí entender los pasos que se producen entre crear dinero y que aumenten los precios. Esa explicación sí me parecía sensata y acertada. Y lo era porque ponía el foco en lo verdaderamente importante: en los agentes que establecen los precios. Pero esto es algo que abordaré más adelante.
Así que absorbí el ejemplo y comencé a utilizarlo yo también para explicar por qué la creación de dinero incrementaba los precios. Fui una víctima más de la pobreza analítica que impera en la teoría económica convencional. Una pieza más de un engranaje que ha difundido por doquier el falso mantra que nos concierne aquí.
Y así siguió siendo hasta que llegué al máster de Economía Internacional y Desarrollo de la Universidad Complutense de Madrid, donde el denso clima de espíritu crítico, el descubrimiento de nuevas visiones de la economía, y el contacto con formidables pensadores heterodoxos muy despiertos, comencé a poner en cuestión muchas de mis antiguas creencias. Con respecto a la creación de dinero y a la inflación me fueron surgiendo muchas dudas. Por ejemplo, no entendía por qué si los bancos privados crean dinero cuando dan un préstamo nadie dice ni escribe que eso crea inflación. Me resultaba demasiado sospechoso que la literatura convencional demonizara la creación de dinero cuando la realiza el Estado pero no dijese ni “mu” cuando la llevan a cabo los bancos privados. También me resultaba desconcertante que las élites gobernantes europeas se mostrasen tan temerosas de la inflación cuando en países como Japón llevaban más de 20 años intentando generar inflación sin éxito. Asimismo me parecía bastante casualidad que en un mundo dominado por la élite financiera acreedora y rentista hubiese tanto empeño en evitar precisamente algo que perjudica a los acreedores rentistas y beneficia a los deudores: un notable nivel de inflación. Igualmente me llamaba demasiado la atención que la mejor época económica de la historia en cuestión de empleo y crecimiento económico fuese precisamente aquella en la que los Estados creaban dinero sin demasiadas cortapisas, mientras que los peores años estaban caracterizados por políticas de austeridad neoliberales que limitaban sin sentido la creación de dinero.
En fin, todas esas dudas y sospechas fueron creciendo en el tiempo, y junto con todo lo que veía a mi alrededor y todo lo que aprendía de autores como Keynes, Minsky, Sampedro, Mosler o Tymoigne, fui conformando poco a poco mi propia teoría de la inflación y su relación con la creación de dinero. Una teoría que me permite impugnar con determinación muchas creencias ampliamente extendidas en la academia y fuera de ella, así como entender mejor cómo funciona el dinero y cuándo aparece o deja de aparecer la inflación. Paradójicamente ahora me dedico a refutar y a combatir las mismas aseveraciones que yo mismo contribuí a extender cuando fui víctima del mantra convencional. Y no es nada fácil, porque como venía diciendo antes la mayoría de personas (no sólo las economistas) tienen grabado a fuego en su mente que la creación de dinero genera siempre inflación. Y como les parece algo tan evidente y tan de sentido común (aunque sólo unos pocos sabrían explicar por qué supuestamente es así), miran con sorpresa y menosprecio a quien osa poner en tela de juicio ese axioma. Algo muy parecido a lo que le ocurre a cualquier persona que cuestiona que un kilo de hierro pese más que un kilo de paja, o a lo que le ocurrió a Nicolás Copérnico cuando osó decir que era La Tierra la que giraba alrededor del Sol y no al revés como todo el mundo pensaba porque era lo evidente a los ojos.
Por todo ello, y con el objetivo de rebatir ese falso mantra y ofrecer explicaciones alternativas más serias sobre la inflación y el dinero comienzo un hilo de artículos en los que iré abordando poco a poco el tema de una forma lo suficientemente sencilla para que cualquier persona –familiarizada o no con la ciencia económica– pueda entender mi punto de vista. Desprenderse de falsas aunque afianzadas creencias es más sencillo de lo que parece, siempre que haya predisposición a ello. Os animo a todos y todas a que lo probéis.
El siguiente artículo puede leerse aquí.
Nota: En la versión original de este artículo utilicé la analogía física de una forma confusa que daba pie a una mala interpretación, pues aunque me quería referir al peso que cada uno experimenta al sujetar un kilo de algo, mi redacción daba a pensar que estaba hablando de peso absoluto, y no del peso que cada uno siente (el resultado de todas las fuerzas que afectan a la cosa sujetada).
Desmontando los mitos sobre la inflación y la creación de dinero (1),
Hola Eduardo!! Me parece muy interesante el post. Es verdad que lo que nos enseñan y lo que nos dicen continuamente contribuye a que ciertas ideas se conviertan en creencias aunque estas sean falsas. Yo misma te hubiera dicho que un kilo de paja y uno de hierro pesan igual ;). Gracias por estas explicaciones. PD Aunque no esté en las redes no me voy a perder ni uno de tus artículos 😉
Buenas tardes.
Supuestamente la función sana del dinero es como representación virtual de la economía real, ¿no? Por lo tanto tendría sentido pensar que en momentos en los que se destruye economía real y sin embargo se sigue imprimiendo moneda desde FED y BCE es porque algo no va bien. Máxime teniendo en cuenta que ambas instituciones son de facto(me atrevería a decir de iure) privadas y por supuesto no están bajo ningún control democrático. Creo por lo tanto que es lícito sospechar de la táctica que llevan usando ambas desde que estallase la «crisis», nominada como Quantitative easing. Como último punto diría que la única salida real de esta ratonera pasa por salir del €(4º Reich financiero) y recuperar la Soberanía. He tocado todos estos temas porque opino son inseparables(espero no resultar prepotente si propongo tenerlos en cuenta en próximos artículos). Genial la propuesta y por supuesto comparto.
La analogía física es errónea. El peso es invariable mientras la atracción gravitatoria también lo sea. Otra cosa es que entren en juego otras fuerzas, como la del rozamiento, y en función de la superficie éste sea mayor o menor y, en consecuencia, la resultante varíe y la aceleración a la que se ve sometida el cuerpo también lo haga. Pero el peso de un kilogramo de paja y uno de hierro son el mismo: P = m * g (g es constante si el experimento se hace en condiciones análogas; es decir, a la misma distancia del centro de gravedad planetario). Si empezamos así de bien la explicación…
Hola. Solo queria abundar en la exacta opinion de Optigan, esa analogia fisica es simplemente una falsedad. Pesar, pesan lo mismo en cualquier planeta, otra cosa el efecto del empuje de los fluidos sobre la resultante. Si quitamos el aire, sea el planeta que sea, que ocurre? Que en la bascula pesan igual. Luego no es el peso, sino la fuerza del fluido desalojado en cada caso, como podria haber mil factores mas que alterasen una lectura de bascula, que es lo que usted confunde con peso: variacion de la densidad por aumento de temperatura por radiacion solar, forma mas o menos aerodinamica del cuerpo…esas fuerzas, si no se comprenden bien pueden alterar el juicio y llevar a una conclusion falsa, como ha sido el caso. Mal comienzo.
[…] Saque de Esquina […]
Me ha entrado el gusanillo. Escribe pronto el resto de artículos por favor 😉
Alguna vez he visto un documental en la tele sobre ello, y me he quedado sintiéndome un ignorante. Esto es más complicado que explicar de dónde sale el Euribor XD
Para los cortos de mente, decir que Eduardo tiene razón. Y ante la premisa de «en la superficie del planeta Tierra, qué pesa más…….»
Ha dado la explicación perfecta.
Cojan una báscula, métanla bajo el agua en una bañera. Ahora pesen dentro un kilo de plomo y otro de madera. El fluido circundante al elemento, en este caso agua, causa mayor flotación en la madera que en el plomo, por ser menos densa que el plomo. (ley de Arquímedes)
Si sustituimos el fluido agua por aire, se sigue produciendo el mismo suceso.
De ahí la aclaración que ha dicho: «un kilo de helio».
Enhorabuena y animo con el artículo!
Leer las líneas de arriba y tomarlas como dogma de fe equivale a leer a Paracelso y creerte que sabes de medicina.
En estos momentos el BCE esta creando mas dinero que nunca y estamos en una inflación cercana a cero en casi toda europa.
Esto debe de ser como la Mecánica Clásica de Newton es cierta, pero solo en las distancias cortas y estáticas habituales, no en todas las situaciones.
El unico lugar legitimo para crear dinero (gratis, sin deuda) es en la renta basica universal. Tanto si es porque aumenta la produccion de bienes y servicios utiles de la poblacion (tanto los publicos, como los privados), como si es porque ha desaparecido la masa monetaria de la zona (o ha desaparecido demasiada masa monetaria de la zona por cualquier causa y esta desaparicion amenaza la vida de la poblacion) o porque aumenta la poblacion (no es lo mismo la masa monetaria necesaria cuando un pais tiene 1 persona que cuando tiene 100 millones y tiene que llegar a todos para que a nadie le pasen desgracias).
El dinero no es mas que una abstraccion del trueque (intercambio egoista del algo a cambio de algo) y del reparto de bienes y servicios utiles que se genera una zona (intercambio altruista, algo a cambio de nada, por ejemplo la rbu para respetar los derechos humanos o porque el pais en el fondo pertenece a todos sus habitantes incluyendo el dinero que se recaude y tienen derecho a recibir como minimo una rbu que les permita un buen nivel de vida).
Me parece una cuestion crucial sobre la que reina un gran desconocimiento generalizado. En las facultades de económicas se repite y transmite el mantra de forma generalizada, y el ciudadano de a pie ni se plantea la cuestión. Da la sensación que el dinero lo crea el gobierno, lo malgasta y por tanto es el reponsable de la inflación. El dinero bancario , la banca en la sombra no existen en el imaginario popular. Espero tus post.
Saludos
Jejeje, buena la has armado con el paralelismo con el hierro y la paja.
En mi opinión, y a falta de que desgranes tus argumentos, añado un par de comentarios preliminares:
a) Las políticas de QE producen un aumento de la base monetaria. Pero para que se traduzca en un aumento de la masa monetaria (por medio del coeficiente de encaje bancario) los bancos deben prestar ese dinero.
Si todos los actores económicos están reduciendo sus deudas al unísono, ese incremento de moneda no llega a circular en el sistema económico. Es lo que Richard Koo llama una recesión de balance, en la cual las políticas monetarias son ineficientes.
b) Yo sí que aprecio inflación, tras las sucesivas rondas de QE de los bancos centrales. Lo que pasa es que, a diferencia del helicóptero, ese dinero no ha llegado a los ciudadanos, sino al mundo financiero. Y los bancos y hedge funds no comen fruta, no compran vestidos, no van a la peluquería… por eso la inflación de bienes y servicios no se ha visto alterada por la creación de dinero.
¿Qué tipo de cosas compran los que se han visto beneficiados por la QE? Bonos, acciones, futuros y demás vehículos de inversión. Bien, ahí tienes tu inflación: una descomunal burbuja de activos de inversión.
Un saludo!
Totalmente
Los bancos no necesitan tener reservas para prestar. Solo necesitan tener buenos clientes. Hoy, por mucha QE o tipos negativos que apliquen los bancos centrales, no van a conducir a un incremento de la oferta de crédito, por la sencilla razón que los agentes están sobre endeudados
Por otra parte, solo la creación de dinero generará inflación cuando la economía funciones a pleno rendimiento o la oferta productiva no se capaz de satisfacer la nueva demanda (caso de Venezuela),
Además tendremos que ponernos de acuerdo sobre como medimos la inflación. El aumento de los precios de los activos deben formar parte de la tasa de inflación. Si es así, quizás la impresión de dinero genere inflación (austriacos)
Madre mía lo del peso. Es incorrecto completamente. ¿Por qué argumentar con algo que no dominas?
Buenos días, me quedo con la duda sobre le cuestión de los bancos cuando crean dinero al dar un préstamo…¿te refieres a creación de dinero en sentido figurado cuando se pone dinero en circulación al dar un préstamo a un particular, o te refieres a creación literal de dinero? No sabía que los bancos privados pudiesen crear dinero
Borja. Cuando digo lo de Venezuela, me estoy refiriendo a que la impresión de dinero no es lo que de por sí está generado la inflación en Venezuela, sino que la capacidad productiva de la economía venezolana no es capaz de hacer frente a la demanda. el estado debería aumentar los impuestos para retirar dinero de la circulación. me gustaría que me dieras tu argumento.
Ceramista. Los bancos no necesitan reservas para prestar. cuando prestan crean depósitos. El multiplicador monetario que nos enseñaron en la facultad es pura y simplemente mentira. Basta ver lo que está ocurriendo hoy en día.
Cuando el cliente retire los depósitos, el banco tendrá que buscar el efectivo bien en el Banco central bien en el interbancario. Todo lo que tiene que hacer el banco es que el cliente sea buen pagador y que la rentabilidad del crédito le permita cubrir sus costes más el margen. Así es como crean los bancos dinero.
¿Para cuando las siguientes entregas? Estoy explicando a mis alumnos (1º de bachillerato) la política monetaria y ¡necesito respuestas!
Gracias. Charo.
Por favor no enseñes esto a tus alumnos.
El ejemplo del peso de la paja y el hierro (o el helio) es una mala manipulación de un concepto claro.
El escritor descarriló en el momento en que utilizó la palabra «neoliberal», demostrando su tendencia irracional. Existe el liberalismo y los liberales. No existe nada llamado neoliberalismo, es un neologismo apuntado a descalificar ideas liberales en un mundo en el que -aparentemente- están mal vistas.
La economía es una ciencia hace rato y uno de sus primeros experimentos repetibles (que la convierten en ciencia) es que la creación espuria de dinero genera inflación.
Es posible seguir imprimiendo dinero siempre que el volumen de dinero acompañe al PBI del país. Cada billete por cada bien. Se multiplican los bienes, se multiplican los billetes. Los bancos generan dinero cuando agregan valor prestando el servicio de prestar dinero (cobrando el «precio del dinero»). El carpintero y el panadero también generan dinero cuando agregan valor a la madera y a la harina respectivamente.
«Neoliberal»… es una lástima el eco que ha recibido este muchacho. ¡Basta de reinventar la rueda! Por favor…
caro quizás este artículo de Steve Keen te pueda servir. En el desmitifica el mito del multiplicador monetario y donde demuestra, contablemente, que es imposible para los bancos prestar al público las reservas que reciben de la QE.
Esto es, si se me permite el juego de palabras, el resultado final: las reservas no juegan ningún papel en los préstamos a todos, independientemente de QE. El modelo de «multiplicador monetario» es un mito.
Pero que el mito es la base del intento por parte de los bancos centrales para rescatar al mundo de la crisis económica. No es de extrañar que ese intento de rescate no va tan bien como estaba previsto.
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Charo quizás este artículo de Steve Keen (economista heterodoxo) te pueda servir.
https://rwer.wordpress.com/2016/02/18/hey-joe-banks-cant-lend-out-reserves-2/
En el desmitifica el mito del multiplicador monetario. demuestra contablemente la imposibilidad de que los bancos puedan prestar al público las reservas que han obtenido de programas como la flexibilización cuantitativa (QE)
[…] porque tienen en su mente ese primer ejemplo de la arena y los diamantes que mencionaba en la introducción que alude a la ley de la oferta y la demanda. Abordaré este sencillo asunto utilizando el método […]
[…] serias que las que imperan en el imaginario colectivo. En los artículos anteriores (aquí el primero, segundo y tercero) exploramos la afirmación de que los precios dependen de la cantidad total […]
Menos mal que hay descerebrados que os votarán igualmente porqué la idea del post es estúpida.
[…] ha desarrollado la tesis, y la podéis leer aquí, según la cual la creación de dinero no provoca […]
¿Consecuencia de crear mas dinero? Pues que el trabajo y el esfuerzo se diluye por lo que puedes pagar cosas con esfuerzos mas pequeños de trabajo porque puedes dividir los números, sobretodo los psicológicos como 10 o 100 en, por ejemplo, 600 o 900 en vez de 1000 porque 1000 suena mucho, por tanto al igual que paso con el cambio de la peseta al euro, los precios cambian y cuanto mas grandes sean los numeros menos escalones radicales de precio tienen las cosas.
[…] puesto a comentar que su tesis era que creando dinero con una maquina del dinero todo va genial y no es lo que estaba diciendo… ¿Cómo explicarle eso a un radical […]
¿Porq
¿Porqué no usas CASOS?
Cuando yo estudiaba – acabé en el 91 – los datos los teníamos que copiar a mano en lápiz de anuarios en una sala, para hacer modelos
Ahora están en la internet – no todos pero suficientes -.
Así mentiras económicas muy repetidas como que subir salarios baja la productividad con CASOS se desmienten, al no haber NINGÚN caso que corrobore esta mentira que aún nos cuentan en las TVs
Creerse algo del «matrimonio hombrefirto» (Milton y Rose friedman escribían a 4 manos) es casi un pecado, no me reí más estudiando que con su elucubración de como EL MERCADO, y nunca las regulaciones, podría conseguir que una industria no contaminase un rio. Casi que parecían infiltrados dejando claro que no se creían lo que escribían, pero lo malo es que si.
Aprovecho la presente para sugerirte que leas más sobre reparto del trabajo bajando jornadas y subiendo sueldos por hora (manteniendo al menos el sueldo por jornada antigua) y al menos lo enfrentes al trabajo garantizado que defiendes. Yo apuesto más por la regulación (contando con el multiplicador de 1.9 y unos costes laborales por debajo de la mitad de los totales) más la acción de las PYMES que por el estado que tenemos para solucionar este problema, rebajando jornadas un 25% obligando a contratar a un trabajador nuevo por cada 3 anteriores, manteniendo salarios por jornada (un 33% más de costes laborales y sobre un 30% más de ingresos totales medios) con un trimestre de vacaciones de cuotas de SS (o el triple al que no lo haga) para evitar problemas de tesorería.y colchón hay que los Alemanes cobran más del doble por hora de media que nosotros.
No entiendo tu manía por meterte en estos fregados, el peso de una cosa es invariable si quitamos todos los elementos que actúan sobre el mismo, estás mezclando cosas. Y por otro lado, esa analogía no sirve para lo que intentas explicar.
No hay nada peor que alguien intentando inventar lo que ya está inventado en dos minutos y sin formación.
He intentado ser suave.
Eduardo, sin acritud, creo que te quedaste en lo de los panes y los peces, xD.
Sobre lo que apunta de que los bancos privados crean dinero cuando dan un préstamo. Creo que es un error, no crean dinero simplemente trasladan la capacidad de gasto de unos individuos, los que depositaron originariamente el dinero en el banco, a otros, los que recibieron el préstamo. Por eso no se considera que puedan hacer crecer la inflación. La inflación se genera cuando de la nada aparece capacidad de compra sin que haya sido respaldada por una generación de bienes anterior.
yo tengo algunas dudas, primero no sabia que la banca privada podia crear dinero, segundo que para crear dinero debe haber un aval en oro en las reservas de un estado?? y por ultimo se decia que cristina kisner emitia moneda lo que hizo mejorar notablemente dentro del pais la economia, pero como afecta al mercado internacional?? en exterior el peso argentino perderia valor como si fuera papel mojado?
Hola Edu, querìa señalar un pequeño error: la inflacion en Alemania no ocurriò en los años 30 sino en los años 20
Gracias!