Artículo publicado en el número 22 de La Marea
En España los precios llevan cayendo siete meses seguidos (y la inflación subyacente lleva casi un año inmóvil) , y en la Eurozona se mantienen estancados y con riesgo de caer. Aunque ello resulte positivo para los consumidores, a medio plazo puede generar una dinámica muy perjudicial para la economía. Los dirigentes europeos lo saben y por eso están tomando medidas drásticas como la Expansión Cuantitativa.
Aunque últimamente la caída del precio del petróleo esté empujando fuertemente los precios a la baja, si los precios caen de forma generalizada es fundamentalmente porque la población no tiene mucha capacidad de compra y, por lo tanto, lo que suelen hacer los vendedores para lograr más ventas es disminuir un poco los precios de sus productos. Todo economista sabe que el nivel de precios depende (aunque no sólo) de la cantidad de dinero que haya en circulación, al igual que la altura de un río depende de la cantidad de agua que transcurra por él. Cuando hay mucho dinero en movimiento los vendedores aprovechan y aumentan los precios de sus productos para obtener más beneficios por unidad vendida. Y al revés: cuando hay poco dinero en movimiento los vendedores se ven empujados a bajar los precios. En consecuencia, que los precios disminuyan quiere decir que la cantidad de dinero no está aumentando y que incluso puede estar reduciéndose. Y esto ocurre fundamentalmente debido a un fenómeno muy actual: el desendeudamiento.
Empecemos por el principio. Hoy día en nuestras economías desarrolladas el dinero existente es creado en su inmensa mayoría por los bancos privados. Aunque la mayoría de la gente cree que los bancos necesitan depósitos para dar préstamos, en realidad es al revés: los bancos crean depósitos cuando dan préstamos. Valga un ejemplo apoyado en el diagrama adjunto: si el banco B le da un crédito a su cliente C por 1000 euros, la cuenta bancaria del cliente aumentará en 1000 y al mismo tiempo el “pasivo” del banco aumentará en esa cantidad. El pasivo es el compromiso de pago (la deuda) del banco, y se entiende así porque es dinero que el banco tiene que tener a punto siempre que lo desee el cliente (cuando vaya a sacar dinero en efectivo, o cuando vaya a comprar con tarjeta de crédito, etc). Ese dinero lo acaba de crear el banco simplemente tecleando la cantidad en el ordenador correspondiente. El depósito bancario es creado por el banco. Eso sí, la creación de dinero no puede ser infinita porque el banco se enfrenta a determinados límites legales y de otro tipo que lo impiden.
La inmensa mayoría del dinero hoy día existente nació así: a través de un préstamo otorgado por un banco privado a un cliente. Por lo tanto, si la cantidad de dinero aumenta, eso quiere decir que lo están haciendo los préstamos; y al revés. La altura de la barra del diagrama es el dinero que tiene en este caso el cliente. Si representásemos en un diagrama todas las cuentas bancarias de la población, la altura de la barra representaría todo el dinero que existe en la economía.
Ahora veamos en el mismo diagrama cómo se destruye el dinero. Imaginemos que, por el motivo que sea, el cliente C decide devolver 500 euros de los 1000 euros que le dio el banco B. En este caso, la cuenta bancaria del cliente C se reduce en 500 y al mismo tiempo el pasivo del banco lo hace por esa misma cantidad (el banco ya no tiene la obligación de tener preparados 500 euros en efectivo o en forma de transferencia cuando el cliente lo desee). El banco no recibe ese dinero, sino que cancela parte del compromiso de pago que él mismo creó. Destruye parte del dinero que el banco creó al dar el préstamo. La altura de la barra desciende, ¡y con ella la cantidad de dinero existente! Es evidente: si dar un préstamo aumenta el volumen de dinero en circulación, devolver el préstamo logra disminuirlo.
Esto último es lo que lleva ocurriendo en la actualidad de forma generalizada desde el año 2008. Las empresas han reducido desde entonces su deuda en un 22% y las familias en un 17% . Esto supone un descenso de la cantidad de dinero existente de una intensidad similar. La cantidad de dinero desciende bruscamente por este canal, aunque al mismo tiempo aumenta por la vía del sector público (que se endeuda frente a bancos y por lo tanto hace aumentar la cantidad de dinero). Es decir, si no fuese por el endeudamiento del sector público, la cantidad de dinero destruida sería mucho mayor que la que es, y con ella el descenso de los precios.
Con menos dinero en circulación debido a este desendeudamiento, los vendedores se ven obligados a disminuir los precios de sus productos para atraer clientes. Aquí encontramos uno de los factores fundamentales que explican la caída de los precios: el desendeudamiento.
El desendeudamiento explica en buena medida la caída de los precios,
Tengo una duda que no está directamente relacionado con el artículo, pero me surge tras leerlo:
Existen mecanismos por los que se deshinchen burbujas en vez de trasladarse?
Veo claro que la vuelta de prestamos destruye dinero en circulación, pero también intuyo que destruye dinero principalmente de las manos de la economía real, si tal y como lo veo las burbujas son resultado del dinero de grandes fortunas, bancos y fondos de pensiones, todos los cuales se dedican a aumentar su dinero prácticamente sin necesidad de préstamos (y prácticamente sólo en la economía especulativa), entonces la disminución de masa monetaria por devolución de prestamos además agraba el problema de las burbujas ya que la proporción de dinero en ellas aumenta todavía más. Y me preocupa que no veo cuado y mediante que mecanismos disminuye sustancialmente el «dinero burbuja».
Pido disculpas si no está bien planteada la cuestión. Soy profano en economía.
Lo primero, reiterar las gracias a Eduardo por enseñarnos a los legos los rudimentos de la economía.
Con su permiso, Obnru, te contesto: Una burbuja se debe a una sobrevaloración de un determinado activo o clase de activos (sean tulipanes, empresas tecnológicas, ladrillo, renta fija…). La proyección creciente de un mercado lleva a que más inversores se fijen en él, entrando y provocando la consiguiente subida de precios, que a su vez retroalimenta el apetito por entrar en ese mercado alcista… hasta que la música deja de sonar.
El pinchazo de una burbuja supone una destrucción neta de valor, especialmente para los incautos que se subieron al carro en la parte final del proceso (como cualquier hipotecado sabe). Pero la mayoría del capital, cuando esto ocurre, le da tiempo a salir hacia otros mercados, creando nuevas burbujas.
La solución sería hacer mercados mucho menos líquidos, para que no se pudiera salir tan fácilmente, y los capitales que entraron se tuvieran que quedar y sufrir la parte descendente de la burbuja. Pero no parece ser una solución muy eficiente. Con la Tasa Tobin puedes reducir un poco la velocidad de esos capitales (las operaciones de alta frecuencia, por ejemplo) pero no eliminas la posibilidad de una burbuja, en todo caso ralentizas su evolución. El ejemplo evidente es el ladrillo: es el mercado más ilíquido y, sin embargo, hemos visto cómo se fraguaba una burbuja descomunal en él.
En mi opinión, habría que atacar de raíz el problema de las burbujas, que no es más que la superabundancia de capital en la economía financiera (no productiva). Ese capital se mueve a la velocidad de la luz, buscando rentabilidad, creando burbujas en todo el mundo. Burbujas siempre ha habido, porque son consustanciales con la codicia y la estupidez humana, pero ese profusión de capital presto a invertir en cualquier cosa que se mueva y ofrezca algo de rentabilidad es un fenómeno muy moderno, que explica la frecuencia de burbujas y sus consiguientes colapsos, con efectos muy dolorosos para la economía.
La solución pasa, por lo tanto, en cortar el suministro de combustible a esa locomotora. Y esa gasolina, ese dinero que se mueve en el casino tiene un nombre: plusvalor. Son las rentas del capital, cuya tasa de acumulación se ha disparado en las últimas décadas (y va a más) debido a la posición de debilidad de Estados y trabajadores (la tarta del PIB la componen rentas del capital, del trabajo e impuestos, y estos dos últimos llevan años perdiendo paulatinamente porción en el reparto de la riqueza).
Un saludo de otro profano que procura dejar de serlo! 😉
El volumen y su altura del agua es una condición intrínseca de esta, un juicio analítico, a más agua, más volumen, más altura , mientras que el precio de las mercancias no lo es del dinero ni de su volumen.
Si aumenta el volumen del dinero y aumenta el precio de todas las mercancias, entonces nos quedamos igual. Tan sólo ha habido cambios en las apariencias, pero no en el fondo. Puro fetichismo del dinero. La Teoría cuantitativa es una milonga.
Reformulo el comentario. La altura del agua aumentaría en caso de un cauce constante. Con el dinero, el número de mercancías debería ser constante, para que aumentaran los precios a la par que aumenta su volumen, pero al aumentar de precio todas las mercancias nos quedaríamos igual.