Artículo publicado en Hablando República el 20 de agosto de 2013
Los economistas clásicos definían a la economía como la ciencia social que se ocupa de estudiar el modo por el cual una sociedad se organiza para llevar a cabo los tres momentos económicos básicos: la producción, la distribución y el consumo. La producción es el elemento principal de todos ellos, pues nada puede ser distribuido o consumido si antes no es producido, pero requiere previamente el uso de recursos primarios. Es decir, para iniciar un proceso cualquiera de producción es necesario que estén disponibles tanto los recursos naturales que se transformarán en el producto material final como la fuerza humana capaz de llevar a cabo tal transformación. Una vez este proceso da como resultado una producción material, entonces se procede a su distribución y su consumo final. Las múltiples formas en las que se pueden articular estos momentos o procesos económicos definen el tipo de sistema económico.
A lo largo de la historia toda sociedad humana ha encontrado diferentes formas para organizarse económicamente, lo que quiere decir que ha optado por distintas articulaciones de los procesos de producción, distribución y consumo. Así, se han dado en la historia muchos tipos diferentes de sistemas económicos (feudalismo, capitalismo, socialismo, etc.), a la vez que dentro de los mismos han existido también un gran número de variedades. Y cada sistema económico ha tenido no sólo una forma concreta de articular la producción, la distribución y el consumo sino que también ha tenido sus propias leyes de reproducción, esto es, sus propias normas internas que permiten que el sistema económico continúe operando.
El sistema económico que hoy es dominante a nivel mundial es el capitalismo, y también tiene sus propias leyes internas. La principal de ellas es su necesidad de crecer continuamente, cueste lo que cueste. Eso significa que necesita incrementar la producción material siempre en una escala mayor a como lo hizo en el período inmediatamente anterior. Y si no lo hace el sistema entra en crisis. Puede detener su crecimiento durante períodos cortos de tiempo, pero no puede interrumpir ese crecimiento de forma permanente sin colapsar. De la misma forma que cuando uno va en bici puede dejar de pedalear durante un tiempo breve pero no puede hacerlo de forma continuada sin venirse finalmente al suelo. El crecimiento económico es, por tanto, el corazón del sistema económico imperante.
Sin embargo, no todos los sistemas económicos han tenido esa propiedad de tener que crecer ininterrumpidamente. De hecho, hasta el advenimiento del sistema económico capitalista la sociedad humana había encontrado múltiples sistemas económicos que no necesitaban en modo alguno al crecimiento económico para su sobrevivencia (ni la del sistema ni la de la sociedad misma). Lo que interesa entonces es preguntarse por qué el capitalismo sí lo necesita.
La razón la encontramos en el propio motor del sistema: la ganancia. La ganancia es el elemento estimulador del sistema, sin el cual éste se viene abajo. Dado que una de las propiedades fundamentales del capitalismo es la existencia de propiedad privada (lo que significa que los medios de producción –las empresas– tienen dueños individuales) entonces debe garantizarse que los propietarios de esas empresas reciben una recompensa en forma de ganancia por haber arriesgado su dinero durante el primer momento económico: la producción. Así, los capitalistas individuales ponen su capital en juego, adquiriendo los recursos primarios (materias primas, maquinaria y trabajadores), e inician la producción con la esperanza de que al final de todo el proceso puedan vender la producción y obtener una ganancia. Si no lo consiguen finalmente entonces quiebran y no vuelven a contratar trabajadores (por lo cual se incrementa el desempleo) y la actividad económica se detiene.
Si por el contrario el capitalista obtiene una ganancia entonces tiene que elegir entre destinarla de nuevo a la producción, arriesgándola de nuevo, o destinarla a otros fines (por ejemplo, el consumo de lujo). El hecho de que opte por una u otra vía está determinado básicamente por dos factores: la ganancia esperada y la competencia, y ambos están interrelacionados. Si el capitalista espera recibir más ganancia al invertir su ganancia pasada entonces tendrá incentivos para hacerlo. Pero además, puede ocurrir que necesariamente se vea obligado a hacerlo presionado por la competencia. Y esto es lo que verdaderamente ocurre en el capitalismo todos los días.
En efecto, el capitalista individual se ve obligado a invertir de nuevo su ganancia (lo que en economía se llama acumulación) para poder mejorar su proceso de producción y evitar ser destruido por la competencia. Esto es así porque si el capitalista A no invirtiera de nuevo su ganancia y simplemente se preocupara de restaurar los gastos en recursos primarios (reponer la materia prima, mantener las máquinas y pagar a los trabajadores) y sin embargo su competidor, el capitalista B, sí lo hiciera e invirtiera en mejorar la maquinaria y el proceso de producción en su conjunto, entonces el capitalista A se vería expulsado del negocio. El capitalista B podría conseguir mejor tecnología y podría vender los productos a un precio más bajo, haciendo que los compradores que antes compraban al capitalista A ahora lo hicieran al capitalista B. Eso provocaría pérdidas al capitalista A y desaparecía su ganancia y, con ella, su negocio. La presión de la competencia, por tanto, empuja a todos los capitalistas a acumular.
Por lo tanto, nos encontramos ante un sistema económico, el capitalismo, que una vez se ha puesto en marcha es imparable y cuya razón de ser es la acumulación, esto es, el crecimiento económico, y la ganancia que lo estimula.
El afán de acumular es una característica propia del capitalismo. Pero no así de otros sistemas económicos previos que han permitido a la sociedad humana sobrevivir en otras condiciones distintas a las actuales.
En la terminología económica al proceso por el cual un sistema económico amplía sus capacidades productivas mediante la acumulación se le llama “reproducción ampliada”. Sin embargo, existe también la noción de “reproducción simple”, la cual hace referencia a los sistemas económicos que al final del proceso productivo únicamente destinan las ganancias a restaurar lo gastado, pero sin invertir nada más allá de ese nivel. Este segundo tipo de reproducción económica es propia de sociedades precapitalistas.
Muchas de estas sociedades sólo producían aquello que consideraban necesario de acuerdo con sus propios criterios sociales, dedicando el resto del tiempo del día a otras tareas. Y si se producía algún avance técnico espontáneo, alguna mejora en los procesos de producción resultado de la creatividad o del azar, entonces las sociedades mantenían su nivel de producción y ampliaban su tiempo libre. De hecho, en otras culturas “cuando la naturaleza les favorecía, con frecuencia permanecían en el estado idílico de los polinesios o de los griegos homéricos, entregando al arte, al rito y al sexo lo mejor de sus energías” (1).
Por lo tanto, estas sociedades que limitaban sus necesidades a través de su propia cultura entendían las innovaciones tecnológicas y organizaban su tiempo y su producción de una forma muy distinta a la que nosotros, bajo el sistema económico capitalista, lo hacemos actualmente. Hoy, por las propias leyes del capitalismo, cualquier innovación técnica (que incrementa lo que en economía se llama productividad: producción por hora o por trabajador) no promueve un mejoramiento de las condiciones de vida sino que inmediatamente se incorpora a las ruedas de la bicicleta capitalista como un elemento más que contribuye a pedalear más rápido.
Fue precisamente la expansión del capitalismo, y particularmente su supremacía militar, la que creó el escenario actual en el que vivimos. Y fueron los economistas convencionales quienes proporcionaron los escritos que justificaron este nuevo sistema económico y su lógica.
Notas:
(1) Mumford, citado en Naredo J. M., La economía en evolución. Historia y perspectivas de las categorías básicas del pensamiento económico, Siglo XXI, Madrid, 2003.
La lógica del sistema económico capitalista,
Creo que has simplificado demasiado y eso hace que el articulo quede muy escaso.
1º. El capitalismo es algo muy sencillo. Como las matemáticas se basa en cosas sencillas que luego se complican al acumularse.
El capitalismo se basa en:
Yo tengo algo que tu quieres. Tu tienes algo que yo quiero. Y se produce una transacción.
El problema es cuando yo tengo algo que tu quieres y tu no tienes algo que yo quiera a cambio. No hay transacción. Yo sigo queriendo ese algo que tu tienes y me complico la vida para conseguirlo.
Puedo robártelo. Robo solo es si hay propiedad privada. Puedo expropiártelo si soy un gobierno. O lo difícil tener algo que tu estés dispuesto a intercambiar por lo que yo tengo.
La cuestión del crecimiento. El crecimiento se mide actualmente por productos producidos y vendidos. Hay crecimiento si se produce más o si es más caro lo que se produce. Es de lógica pensar que si hay progreso se mejora la productividad de los sujetos y debería en consonancia aumentar su capacidad de consumo. Si hay crecimiento demográfico hay más producción pues más gente produce más cosas y más consumo hay más gente consumiendo. Un estancamiento y no digo que sea malo se puede producir, porque deje de mejorar la productividad. O porque deje de aumentar la población “Productiva” que es lo que está pasando en Europa.
¿Podría existir capitalismo sin crecimiento? Sí.
¿Podría existir capitalismo sin crecimiento con aumento de población? La gente se mosquearía nos gusta ir a más y no ir a menos. Pero lo hay en las crisis. Y por ejemplo en la edad media. De los romanos a la edad media hubo mucho de ello. La gente se lía a palos hasta que vuelve a a sentir que va de menos a mejor.
¿Podría existir capitalismo sin crecimiento con población decreciente? Menos tocan a más según decrece la población. Este es el nuevo paradigma. Yo creo que no habrá problema.
CALLATE AWEONAO
Me parece un muy buen resumen, entendible además para no-economistas.
Sólo una sugerencia. Creo que no ha quedado clara la diferencia entre reproducción simple y ampliada, para las cuales usas estas frases:
– Simple: «únicamente destinan las ganancias a restaurar lo gastado, pero sin invertir nada más allá de ese nivel»
– Ampliada: «invertir de nuevo su ganancia (lo que en economía se llama acumulación)»
Según esto, parece deducirse que en la ampliada/acumulación, se invierte «más allá de la ganancia» (?).
Saludos
No he dicho nada, sorry… Ya veo que Ampliada es reinvertir más allá del GASTO.
Eduardo estás repitiendo la vulgata de un cierto marxismo, que hoy, a falta de algo mejor, esta en boga en los sectores menos informados de la izquierda marxista. Y, por regla general, el análisis marxista hoy es muy, pero que muy, pobre.
Es curioso porque generalmente aplicas formas de análisis keynesiano que suelen tener sentido.
Lo que dices está basado en la famosa ecuación que acaba en que la «composición orgánica del capital» es inversamente proporcional a la tasa media de ganancia. Obviamente eso, a parte de ser un simple razonamiento circular, y por consiguiente sin sentido, no tiene en cuenta el aumento de la «productividad» o «eficiencia» (si empleamos el lenguaje ideológico al uso), lo que puede reducir, y de hecho por regla general reduce, la acumulación de capital fijo en los negocios o empresas. Y, además, y aquí viene el problema, también reduce el «capital variable», esto es el trabajo empleado en producir y la masa de los salarios.
Y digo que esa es la cuestión, porque en las sociedades en que el dinero es el poder social por excelencia, las sociedades plutocráticas modernas, incluso cuando estamos ante poblaciones y consumos estables, es necesario incrementar la producción para poder mantener el empleo.
De ahí que el comentario que añade Bentolin es lógicamente inconsistente.
Personalmente me parece q la teoria del crecimiento necesario no es mas q un dogma de fe, y que en el futuro deberá ser revisado si o si, como tarde cuando los recursos naturales no permitan seguir este camino. Respecto a que este se produzca por la reinversión del capitalista de su ganancia previa, no es la unica via, dado q existen otras para reducir costes y ser mas competitivo, como podemos observar ocurre hoy en dia con la reducción de empleo, que no deja de ser la variable mas «fácil» de reducir, ya que los costes de la materia prima no se pueden eliminar, ni los costes fijos necesarios para la producción, ni «por supuesto» limitar el beneficio creciente de las cupulas de las empresas y de los capitalistas. Cuando se crece efectivamente las empresas contratan para poder producir y vender más. Porquè si no se crece se destruye empleo? Porqué para que el capitalista o empresario pueda seguir ganando un x% más al año sin incrementar sus ventas debe reducir sus costes. Solo un incremento de sus ventas o crecimiento mayor a su beneficio esperado y que le permita incrementarlo aun más le motivará a contratar personal. Me parece que en el fondo la cuestión de la competitividad y la necesidad de crecimiento, aun teniendo sus argumentos a favor, que se podrían discutir mucho, desde otro punto de vista pueden parecer «excusas» que permitan perpetuar el sistema, cuyo fin y objetivo no es otro que perpetuar el lucro creciente de unos pocos, a costa de muchos otros.
Decir que una empresa solo tiene como único recurso para ser mas competitiva la inversión de capital simplemente no es cierto.
No quiero decir con esto que el capitalismo sea el mejor modelo económico, ni que no existan gran cantidad de directivos que opinen que sus problemas de competitividad se solucionen reinvirtiendo sus ganancias. Solo digo que en este articulo se está resaltando un error de gestión típico del capitalismo, no un error de modelo.
Un buen ejemplo de lo que hablo es la aplicación del metodo «JIT» en la Toyota http://es.wikipedia.org/wiki/M%C3%A9todo_justo_a_tiempo
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como se hace el comentario de texto del tema este de la lógica de los sistemas capitalistas, necesito tenerlo resuelto en hoy!!!