Artículo publicado en el diario digital Andaluces.es, 24 de junio de 2013
España tiene la mayor tasa de desempleo de toda la Unión Europea –compitiendo duramente con Grecia– con una escalofriante cifra del 27,16%. Pero en el interior del país nos encontramos con tasas de paro que difieren notablemente entre regiones: por ejemplo, mientras en Andalucía tenemos una tasa del 36,9%, en el País Vasco es del 16,3%.
A la hora de buscar explicaciones a estas importantes diferencias, es frecuente encontrarse a economistas –y no economistas– que apuntan a una baja cantidad de emprendedores andaluces. En Andalucía, argumentan algunos, hay poco espíritu emprendedor y ello hace que no se creen nuevas empresas ni nuevas oportunidades de trabajo, porque entre otras cosas casi todo el mundo quiere encontrar un empleo seguro en la administración pública. Esto es lo contrario, nos dicen, de lo que ocurre en zonas donde hay menor desempleo, como el País Vasco, Francia o Alemania. Una forma de mitigar el desempleo sería, por lo tanto, fomentar la figura del emprendedor para permitir la creación de nuevos negocios que posibilitaran a su vez la contratación de nuevos trabajadores.
Sin embargo, es bastante fácil impugnar estos planteamientos. Por un lado, resulta que en España, según los datos de Global Enterpreneurship Monitor, la tasa de emprendimiento (el porcentaje de personas que inician un negocio con respecto al total de la población en edad de trabajar) es superior a la de países como Alemania o Francia. Esto contradice totalmente la idea de que cuantos más emprendedores tengamos en nuestra región, menor tasa de paro sufriremos, puesto que esos dos países presentan una tasa de paro muy inferior a la de España (5,4% en el caso de Alemania, y 11,0% en el de Francia).
Por otro lado, los datos demuestran que la mayor parte de las empresas creadas terminan desapareciendo, debido a la imposibilidad de desarrollar su actividad en un entorno enormemente competitivo en el que otras empresas (fundamentalmente las grandes) se hacen con todo el mercado. Tener más emprendedores en una región no es garantía de nada, porque lo importante no es crear empresas sino que éstas sobrevivan a la feroz e injusta ley de la selva marcada por la competencia empresarial desregulada. Sirva una constatación empírica para reforzar esta tesis: cuando analizamos el vínculo que existe entre emprendimiento y renta per cápita nos encontramos con que no hay ninguna interrelación evidente. Dos regiones con la misma renta pueden tener tasas de emprendimiento radicalmente distanciadas, y al revés (dos regiones con tasas de emprendimiento iguales pueden tener rentas extremas entre sí).
Es decir, no existe ningún motivo de peso para pensar que uno de los factores explicativos de la elevada tasa de desempleo andaluza sea una reducida presencia de emprendedores en nuestra región. Ahí no reside el problema.
El problema tampoco reside en que los andaluces seamos reacios a aceptar trabajos con condiciones laborales desfavorables, como algunos otros sostienen (especialmente haciendo referencia a trabajos temporales en el campo). Todo lo contrario, existen estudios que demuestran que los andaluces somos menos exigentes a la hora de aceptar una oferta de empleo que buena parte del resto de los españoles. De ello se deduce que la menor probabilidad de abandono del desempleo no se basa en un problema de aceptación de las ofertas recibidas, sino en un problema de falta de llegada de ofertas de empleo.
Y esta escasez de ofertas de empleo se debe al reducido y frágil tamaño del tejido productivo andaluz. Si no tenemos las bases ni el esqueleto económico que nos permita producir bienes u ofrecer servicios de calidad, no podremos generar una actividad económica sólida y diversificada que permita crear numerosos puestos de trabajo. Si en Andalucía tenemos más paro que en otras regiones se debe fundamentalmente a la debilidad y estrechez de nuestra estructura productiva. Mientras nuestra región se caracterice por tener un tejido industrial pobre que no pueda generar importantes “efectos arrastre” sobre el resto de actividades económicas, no importará lo emprendedores que seamos, lo formados que estemos, lo currantes que seamos, o las buenas intenciones que tengamos; seguiremos sufriendo altas tasas de desempleo.
¿Por qué en Andalucía tenemos una tasa de paro tan elevada?,
Has empezado desarrollar el argumento pero no lo has hecho en profundidad. En una empresa hay tres momentos complicados y difíciles.
1 Creación: Autónomos y esos emprendedores pequeños de los que has hablado.
2 Empresas medianas: cuando deja de ser una empresa familiar y busca algo más entre 20 y 50 trabajadores.
3 Empresas grandes:
Cada fase tiene sus problemas:
En la fase de creación tienes dos fundamentales. El coste de creación. Aun siendo muy bajo, gowex empezó con 150.000 euros. Esto para un grupo inversor no es nada pero cuando lo tiene que poner una persona particular es mucho dinero. Y que en comparación con empresas establecidas tus gastos fijos son más altos con respecto a tu facturación. Por eso te comen las empresas establecidas, cuentan con ventaja y es difícil competir. Además te quedas con las deudas que impiden vuelvas a emprender.
En la fase de empresa mediana. Partes de ser una empresa con pocos trabajadores a aumentar la plantilla. Mucho del esfuerzo que antes se dedicaba a la producción de vienes y servicios, ahora debe dedicarse a la organización y burocracia empresarial. Son necesarios otro tipo de conocimientos en el líder empresarial. Esto hace que por ejemplo tu montes una empresa que para crecer necesite que dejes de ser el líder. Esto hace que muchas empresas o no quieran dar este paso o sigan con el estilo anterior. Y hace que fracasen.
En la fase de empresas grandes. Cuando uno es muy grande, es difícil tener un buen control de la empresa. Pierdes cercanía con los clientes y disminuyes la calidad de tu producto. Es como si en la empresa se crearan agujeritos pequeños por donde se pierde dinero. Son pequeños pero mucho y lo difícil es encontrarlos.
Tu dices hay muchos emprendedores. Yo te pregunto tienen buena calidad. En España hay falsos autónomos para empezar. Habría que facilitarles la labor. Disminuyendo sus gastos fijos por ejemplo. Que pagaran según ganaran y que su relación con el estado fuera tan sencilla que no necesitaran intermediarios. Entre gestaría y pagar la mensualidad de autónomos se van 300 €. A lo mejor te tiras 4 meses antes de tener actividad estable. En 4 meses darte a conocer estaría bien. Tambien hay que mejorar la financiación. Hay que facilitar que se creen fondos de inversión para Startup. En Israel lo han hecho muy bien.
Y lo más importante facilitar que la empresa familiar se convierta en mediana y la mediana en grande. No quiero aburrir más pero esa es la clave.
@Bentolin,
excelente post. auténticos diamantes que a muchos les quedará muy grande por no haber sido empresario en su vida, y no saber cuales son las dificultades del día a día.
Eduardo Garzón ha dado una pista de lo que él considera ‘mercado de trabajo’:
porque lo importante no es crear empresas sino que éstas sobrevivan a la feroz e injusta ley de la selva marcada por la competencia empresarial desregulada
competencia empresarial desregulada. Supongo que en su idea de empresa, prevalece el control de precios marxista, el fallido valor de uso, en el que el precio de un producto viene determinado por el número de horas invertidas en crearlo, y no en el valor subjetivo de quien lo compra. Anacrónico.
Eduardo Garzón tiene que comprender que es gracias a la competitividad, que las civilizaciones avanzan y crean mejores productos y servicios. Que es gracias a las mejoras en productividad lo que hace que mejoren el ahorro y renta de los trabajadores.
El punto más importante de por qué Andalucía siempre ha estado a la cola de empleo y renta per cápita en España y Europa, no es consecuencia del injusto mercado competitivo de la desregulación. Eso es una falacia, porque otras regiones de España también eran pobres en referencia a Europa hace 20 años, y ahora ya han alcanzado casi la renta per cápita media europea. Sin embargo nosotros nos hemos quedado atrás. ¿por qué los demás pueden y nosotros no? ¿por qué Irlanda ha podido? ¿o singapur o corea del sur, que hace 30 años eran países subdesarrollados, y que ahora pertenecen al club de los selectos? ¿o Turquía, aproximándose a nuestro PIB a velocidad de vértigo?
Básicamente por varias razones: más libertad de mercado, mas ahorro, más inversión, menos impuestos, menos subvenciones extractoras de riqueza de sectores productivos .. y menos ideología, menos hostilidad contra la cultura empresarial.
Fijate si hemos llegado a tal extremo de ideología matrix, que querer enseñar a los chicos desde cursos tempranos que es la inflación, qué es la rentabilidad, que es un plan de negocios o que es una crisis, se considera adoctrinar.
decir que nuestro desempleo estructural es culpa de los demás, y no de nuestras políticas socialistas durante 30 años, es cuanto menos, muy español. Nuestro mercado laboral se caracteriza por ser subvencionado, donde un gran porcentaje de nuestro PIB son empresas que dependen del gasto público, directo o indirecto. Un mercado de trabajo donde el 24% de la población activa es funcionaria (y en la estadística no se incluye toda la red de empresas públicas adscritas, o empleado laboral):
http://3.bp.blogspot.com/_2a-M0dqbrdA/S9-HnadsXAI/AAAAAAAABG8/pbXMvseGD80/s1600/3+Los+funcionarios+son+el+20%25+de+los+asalariados.jpg
En cuanto comencemos a trabajar por invertir en educación, y disminuir los impuestos y las subvenciones, que solo consiguen extraer rentas de sectores productivos, e inyectarlos en improductivos, así como disminuya la hostilidad característica de nuestra izquierda andaluza contra la empresa y creación de riqueza .. comenzaremos a despegar en riqueza de las naciones.
POSTULATE AHORA MISMO A LAS POCAS VACANTES QUE QUEDAN