Artículo publicado originalmente en Alternativas Económicas en abril de 2017
La propuesta de Renta Básica Universal (RBU) más conocida –una renta de aproximadamente 650 euros a todo individuo independientemente de su condición–presenta una característica que merma su elevado potencial y que la aleja en cierto sentido del objetivo que pretende alcanzar: es monetaria. Al entregarse la RBU en dinero se originan una serie de situaciones que debilitan la medida.
En primer lugar, la RBU monetaria no distingue el nivel de vida que existe en cada región en la que vive su beneficiario. Evidentemente no es lo mismo disponer de 650 euros en pleno centro de la capital del país que hacerlo en un pequeño pueblo rural de Almería: en el primer caso la RBU permite comprar menos bienes y servicios que en el segundo caso. Esto puede conducir a que una RBU de 650 euros quizás permitiría satisfacer las necesidades más básicas (que es el objetivo principal de la medida) en un caso, pero podría no lograrlo en otro, o incluso resultar relativamente generosa en un tercer caso (por ejemplo, imaginando en el citado pueblo rural a varios individuos compartiendo alquiler y otros gastos fijos; como frecuentemente se encarga de recordar la derecha cuando critica la RBU). Es cierto que este defecto de la medida podría considerarse menor, especialmente comparado con las ventajas que podría deparar, pero en cualquier caso también es cierto que puede corregirse. ¿Cómo? Entregando la RBU en especie, ya fuese de forma total o parcial.
Una renta en especie es una retribución en bienes y servicios y no en dinero. En vez de percibir cada individuo 650 euros para comprar productos en el mercado, el Estado podría garantizar a cada persona determinados bienes y servicios considerados esenciales. Esto es precisamente lo que ocurre con la educación y sanidad públicas: el Estado no nos entrega dinero para pagar los servicios de educación y sanidad en el mercado, sino que nos ofrece la posibilidad de recibir esos servicios en un colegio o en un hospital sin necesidad de que haya pago de por medio. Ni el profesor ni el médico nos piden dinero por educarnos o atendernos. Lo mismo podría ocurrir con una RBU que garantizase al receptor una vivienda, un consumo básico de energía, de transporte, de cuidados, de alimentación, de vestimenta, etc. No habría necesidad de utilizar esos 650 euros para alquilar una vivienda, comprar alimentos, comprar ropa, desplazarse, adquirir servicios de cuidados, etc, sino que simplemente por el hecho de nacer tendríamos garantizadas esas necesidades básicas. No todo el pago de la RBU tendría por qué ser en especie, se podría, por ejemplo, garantizar alojamiento, energía, cuidados y desplazamiento, y también ofrecer 200 euros para comprar alimentos y vestimenta. Las combinaciones son infinitas, pero en cualquier caso lo importante es entender que de esta forma se resuelve el problema que habíamos detectado: ya no se produciría discriminación entre un residente del centro de Madrid y uno de un pueblo rural de Almería, porque ambas personas podrían cubrir las mismas necesidades independientemente del nivel de precios de cada región.
Otra situación indeseable que generaría una RBU monetaria es el fomento de los canales mercantiles y el lucro y abuso de poder de determinadas empresas. Al recibir dinero, el beneficiario de la RBU queda supeditado al funcionamiento del mercado capitalista para poder satisfacer sus necesidades. Si ese mercado no funcionase, a la persona no le serviría de nada tener 650 euros. Si ese mercado fuese injusto porque las empresas tuviesen fuerza de mercado y pudiesen elevar precios, el receptor de la RBU sufriría esa situación y además estaría contribuyendo con su dinero a enriquecer a los empresarios en cuestión. Si el mercado sólo ofreciese productos gracias a una explotación laboral desmedida o gracias a un fuerte deterioro medioambiental, el beneficiario de la RBU estaría con su acción contribuyendo a la permanencia de esas situaciones. En definitiva, la RBU monetaria implica que la satisfacción de necesidades se canalice mediante actuaciones filtradas únicamente por el criterio de la rentabilidad económica que impera en el mercado capitalista, mientras que una RBU en especie permitiría que la satisfacción de necesidades pudiese canalizarse a través de decisiones colectivas y democráticas en función de criterios políticos, sociales, feministas y ecologistas. La RBU monetaria es consustancial al sistema económico actual y fortalece su forma de funcionamiento; abandona a sus beneficiarios a las garras del mercado, al contrario de lo que se podría lograr con una RBU en especie.
Por todo ello, una buena forma de mejorar la RBU monetaria es convertirla total o parcialmente en una prestación en especie, para así mitigar la injusticia que se produciría entre residentes en regiones con precios y niveles de vida dispares, para evitar el fomento del negocio de determinadas empresas que tienen poder de mercado, y para poder controlar que la satisfacción de necesidades básicas no sea consustancial a la violación de derechos laborales, sociales, de género o medioambientales.
Renta Básica Universal: mejor en especie que en metálico,
La guerra ideológica se perdió en la década de 1970.
Los mal llamados premios Nobel se comenzaron a dar en 1969, en
plena guerra fría, y fue en la década de los 70 cuando se tomo la
decisión de convertir a la economía en una religión o ideología
apartándola de forma definitiva del método científico al utilizar los
premios Nobel para darle a las teorías oficiales la apariencia de ciencia
ante las masas incultas.
A Friedrich Hayek, de la escuela austriaca del liberalismo, se lo dieron
en 1974, aunque nadie pueda decir que es exactamente los que
descubrió en economía que lo hiciera merecedor del galardón. Milton
Friedman lo recibió en 1976, quizás al único al que si se lo dieron
merecidamente, pero se puede decir sin ser injustos con nadie que a
los aproximadamente 70 galardonados se los han dado por defender
una forma muy particular, equivocada y fuertemente teologizada de ver
la economía.
Uno de los últimos galardonados es un tal Paul M. Romer y cuando se
investiga un poco que ha hecho ese hombre, parece ser que por sus
contribuciones para «integrar innovación y clima con el crecimiento
económico»… ¡casi naaa! Aunque cuando miramos un poco mas
resulta que ha sido el ultimo director del Banco Mundial.
¿Por qué no se lo han dado a Steve Keen? La respuesta es evidente.
Uno es un economista anti sistema con un montón de aportaciones
muy seria al tema de la deuda en la economía y que pone toda la
economía patas arriba, mientras que el otro es un “poli bueno” que
desde la cima del Banco Mundial critica la economía aunque nadie
sapa exactamente el porqué y el qué.
Mientras la izquierda no gane la guerra ideológica que se perdió hace
ya más de medio siglo, seguirá habiendo austeridad, desempleo,
recortes en las prestaciones y mundialización alienante.
El tema de la Renta Básica, no solo no ayuda a poder ganar esa
guerra, sino que además actúa como quinta columnista.
Me gustaría matizar mi comentario.
Es evidente que, en una sociedad que organiza principalmente su
producción haciendo uso del dinero, es decir, creando una economía
monetaria, la siguiente afirmación es básicamente cierta:
…»todas y cada una de las persona que forman parte de una economía
monetaria deben de tener unas rentas monetarias mínimas, ya sea obtenida por su trabajo o alguna otra razón, que le permita al menos el
consumo necesario para sobrevivir.»…
Según esto, una sociedad organizada principalmente mediante una
economía monetaria esta obligada proporcionar a cada una de las
personas, o bien un trabajo o bien una renta básica que le permita el
consumo mínimo necesario para sobrevivir. Esto es evidente.
Pero esto nada tiene que ver con una Renta Básica Universal como
obligación del conjunto de las sociedad a cada persona sin contra
prestación alguna por parte de la persona que la recibe. Que es como
se entiende normalmente la renta básica.
Creo que nadie tiene derecho a pedir al resto de la sociedad una renta monetaria a cambio de nada, si haber por medio situaciones especiales, como por ejemplo, la falta de trabajo.
…(que me perdone eduardo si estoy abusando de su paciencia)…
¿Que son 650 euros?
Parece una pregunta sencilla, y lo es, pero los economistas complican la respuesta quizás para esconder su ignorancia. Como yo no soy economista ni he estudiado economía voy a responderla muy fácil:
– Alquiler……………………………………250 euros
– Calefacción, electricidad y agua ….50 euros
– Comida y alimentos …………………200 euros
– Varios ……………………………………150 euros
Ahora, si preguntamos que son 650 euros la respuesta se muestra muy evidente:
…650 euros es trabajo ajeno por una cuantía de 650 euros…
El primero que descubrió que el dinero era trabajo y la manera en la que en una economía monetaria se mide el trabajo fue Karl Marx, quien intento hacer con este hecho una Teoría Económica que pudiera llamarse científica, aunque fracaso estrepitosamente al intentarlo.
Cuando un economista defiende que se considere un derecho que … el conjunto de la sociedad de a cada persona 650 euros, sin dar nada a cambio o sin que exista razón alguna para ello… lo que esta defendiendo es … el derecho de cualquier persona a recibir 650 euros en trabajo ajeno, sin dar nada a cambio y sin que exista razón alguna para ello.
De verdad, yo me alegro de no ser economista y de no haber estudiado economía porque no entiendo como un economista puede no entender algo tan simple como esto.
Una interesante propuesta pero falla en lo esencial. En lo que falla la economía actual vamos… en no comprender que lo que consumimos es finito.
Hablas de garantizar a todo el mundo por el mero hecho de nacer, energía y comida (entre otras)… pero la comida es limitada. Los campos de cultivo son los que son y los campos de ganadería idem. No podemos tomar muchos más sin cargarnos bosques y selvas. Con la energía pasa lo mismo, el petróleo es limitado (y ya hace años que llegamos al «Peak» por cierto) lo mismo que el Gas Natural y el Uranio y por cierto, España no tiene nada de eso. Es muy bonito hablar de garantizar el oro y el moro a todo dios pero la realidad es distinta.
Imagínate una España en la que todo dios tiene dinero para lo básico, genial ¿no? todo dios a tener hijos porque tiene «garantizado» que podrá mantenerlos… ¿hasta cuando? ¿qué pasará cuando los árabes nos corten el flujo de petróleo? ¿y cuando el transporte sea tan caro que sea imposible trasportar los alimentos a largas distancias?
Economistas, la ciencia es otra cosa. Es realidad. Cuando una especie animal se reproduce en demasía es una plaga. Nadie habla de «plaga» para referirse a la especie humana pero lo somos. Y de hecho somos la peor.
La Renta Básica y cualquier política en general fracasará mientras no se tengan en cuenta estas cosas. Hay que cambiar el sistema económico si. Y hay que controlar el crecimiento de la población humana. O lo hacemos nosotros o lo hará el planeta.
[…] L’objectiu d’aquest escrit és donar arguments científics a favor del PTG, demostrant que la RBU no és adient per solucionar els problemes de l’atur, pobresa i precarietat, i que tampoc és compatible amb un PTG, a no ser que la RBU es pagués en espècie. […]
[…] El objetivo de este escrito es dar argumentos científicos a favor del PTG, demostrando que la RBU no es adecuada para solucionar los problemas del paro, pobreza y precariedad, y que tampoco es compatible con un PTG, a no ser que la RBU se pagara en especie. […]